Empezó siendo una saga en la que el tema principal eran los coches tunning y las carreras ilegales. Luego tenían un ligero trasfondo de robos que se unía al final, completando unas películas, al menos, entretenidas. Pero todo cambió.
Desde que Justin Lin cogió las riendas del proyecto, quitando la tercera entrega, estas películas se fueron convirtiendo en un producto hollywoodiense que sólo atrae la atención de los que buscan tiros, explosiones, curvas y anabolizantes.
Como género de acción son aceptables y hasta hay alguna que aconsejo ver, pero este producto se les ha ido totalmente de las manos. Ha sido un vaso que ha acabado rebosando, derramando el buen gusto y el buen hacer de otra gente.
En esta octava (sí, sí, octava) entrega, nada me asombra, y eso que, más que de acción, yo la califico de ciencia ficción, porque pasa de lo casi imposible (como otras películas del género) a lo surrealista. Escenas que, más que sorprenderte o subirte la adrenalina, te hacen suspirar con los ojos en blanco mientras piensas: ¡Venga hombre…!
No voy a hablar de los actores, no merece la pena. Aunque es un reparto que muchas películas de acción matarían por tener, el nivel interpretativo en ésta no es importante y, además, te lo hacen saber. En este ámbito me quedo con las partes de comedia, que te pueden sacar una sonrisa.
El siguiente comentario incluye un spoiler. Ábrelo bajo tu responsabilidad.
En definitiva, ni siquiera me entretuvo. Estaba más tiempo intentando asimilar esos saltos y piruetas imposible e inimaginables, que enterándome de una historia simple, tonta y repetidísima. Dentro de toda la saga, sin duda, es de las peores.
by Danko
A todo gas 8 en Filmaffinity
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